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lunes, 24 de octubre de 2011

Ensayo sobre el Aprendizaje Colaborativo (Lamia Hanna)


El aprendizaje colaborativo representa una teoría y un conjunto de estrategias metodológicas que surgen del nuevo enfoque de la educación, donde el trabajo cooperativo en grupo es un componente esencial en las actividades de enseñanza-aprendizaje.

Más que una técnica, el aprendizaje colaborativo es considerado una filosofía de interacción y una forma de trabajo que implica, tanto el desarrollo de conocimientos y habilidades individuales como el desarrollo de una actitud positiva de interdependencia y respeto a las contribuciones.

Está fundamentado en la teoría constructivista, el conocimiento es descubierto por los alumnos, reconstruido mediante los conceptos que puedan relacionarse y expandido a través de nuevas experiencias de aprendizaje. Enfatiza la participación activa del estudiante en el proceso porque el aprendizaje surge de transacciones entre los alumnos y entre el profesor y los estudiantes. (Panitz, 1998).

Para obtener éxito del aprendizaje colaborativo se necesita contemplar diferentes factores, entre los cuales se encuentra la interacción entre los miembros del grupo, una meta compartida y entendida, respeto mutuo y confianza, múltiples formas de representación, creación y manipulación de espacios compartidos, comunicación contínua, ambientes formales o informales, líneas claras de responsabilidad. (Kaye, 1993)


La base del trabajo colaborativo es la cooperación y es por ello que frecuentemente se solapan los términos de aprendizaje colaborativo y aprendizaje cooperativo.

Cooperar significa trabajar juntos para alcanzar objetivos compartidos. En las situaciones cooperativas, las personas buscan resultados beneficiosos para sí mismas y para los otros integrantes de sus grupos. El aprendizaje cooperativo es entonces utilizar en la educación grupos pequeños donde los alumnos trabajan juntos para mejorar su propio aprendizaje y el de los demás. Los alumnos además sienten que pueden alcanzar sus objetivos de aprendizaje sólo si los demás integrantes de su grupo también lo alcanzan. (Deutsch, 1962; en Johnson y Johnson, 1999).

Los esfuerzos cooperativos dan como resultado que los participantes reconozcan que todos los integrantes del grupo comparten un destino común. (“nos salvamos juntos o nos hundimos juntos”), para que todos obtengan crédito del esfuerzo de cada uno (“tus esfuerzos me benefician y mi esfuerzo te beneficia”), reconozcan que el desempeño de cada uno es provocado mutuamente por uno mismo y sus compañeros (“en la unión está la fuerza”) y se sientan felices y orgullosos por los logros de cualquier integrante del grupo.

Ensayo Aprendizaje Colaborativo (César Gámez)

El Aprendizaje Colaborativo o Cooperativo

   El Aprendizaje Colaborativo es un método o forma de trabajar para alcanzar un objetivo cualquiera mediante la comunicación, acuerdo, solcialización y responsabilidad de un grupo de personas con ciertas responsabilidades, ya sean para el caso del tutor o profesor, como para el estudiante que forma parte del grupo. Entre estas se tienen: Observador, supervisor, secretario, opinar de forma constructiva, de vez en cuando ser abogado del diablo, verificador, exigente, proporcionador de información y ayuda, entre otras.; esto con el fin de satisfacer las interrelaciones individuales y la estructura del individuo en la forma de pensar, escribir y actuar.

   Antecedentes históricos de prácticas educativas en las cuales se enfatizaba la necesidad de favorecer la interacción interpersonal, el trabajo en grupo, como estrategia central en la promoción, el aprendizaje de los alumnos y el potencial en sí mismo de la agrupación de los mismos en las clases, la realidad es que este conjunto de aspectos han ocupado muy poco espacio en la formación de profesores, en la divulgación de procedimientos didácticos y en las orientaciones sobre el desarrollo curricular. Para que se pueda desarrollar un proceso educativo de carácter positivo en las personas, es necesario que éstas puedan activar y conducir situaciones comunicativas entre iguales.

   Sin embargo, en el conjunto de las actuaciones didácticas en la escuela hay que reconocer que estas aportaciones pioneras han tenido un peso bastante relativo. No obstante, esas aportaciones históricas pusieron de relieve el valor educativo de la interacción social en el seno de la clase, tanto en la dimensión de las relaciones sociales como en la del aprendizaje, lo cual conlleva importantes consecuencias prácticas en relación al ejercicio de la docencia.

   Desde esta perspectiva, las modalidades de aprendizaje desplegadas por un sujeto en clase ya no pueden ser consideradas sólo una propiedad específica de aquel individuo, como un comportamiento propio, sino que deben ser interpretadas según el juego de intercambios que se dan en las aulas, a lo largo de un proceso de escolaridad, como un comportamiento resultante de los intercambios de aquel individuo con el medio clase.


En los análisis sobre los efectos que tenían aquellas situaciones de aprendizaje sobre éste llegaron a dos importantes constataciones:
1.- Las situaciones que implicaban intercambios sociales, es decir, las competitivas y las de carácter cooperativo, eran superiores a las individuales. Plan de Acción Tutorial: Gades

2.- Entre aquellas, las situaciones de carácter cooperativo eran causa de más y mejores aprendizajes.
  
   El término aprendizaje cooperativo es un término genérico usado para referirse a un grupo de procedimientos de enseñanza que parten de la organización de la clase en pequeños grupos mixtos y heterogéneos donde los alumnos trabajan conjuntamente de forma cooperativa para resolver tareas académicas. Los dos autores citados las han definido como aquellas en las que los objetivos de los participantes se hallan estrechamente vinculados, de tal manera que cada uno de ellos sólo puede alcanzar sus objetivos si y sólo si los demás consiguen alcanzar los suyos.

   De acuerdo con lo que establecen ambos autores, para que exista cooperación en el seno de un grupo pequeño deben darse algunos elementos básicos. Los principales rasgos que ellos destacan son los que a continuación se relacionan:

-       Interdependencia positiva. Los alumnos, en el desarrollo de sus tareas de grupo, se perciben mutuamente como necesarios para resolverlas, lo que supone compartir recursos, objetivos comunes y roles específicos para cada uno.

-       Favorecimiento de la interdependencia cara a cara. Ayudarse, compartir esfuerzos, animarse, explicarse algo mutuamente, discutir, etc., serían ejemplos significativos de ello.

-       Responsabilidad individual. Cada componente del grupo debe responsabilizarse personalmente de su propio trabajo, de los resultados a los que llegue y, en consecuencia, de sus aportaciones al grupo.

-       Habilidades de intercambio interpersonal y en pequeño grupo. Ningún grupo funciona satisfactoriamente si sus componentes no poseen y no desarrollan determinadas habilidades de relación social: de comunicación, de toma de decisiones, de resolución de conflictos, etc.

-       Conciencia del propio funcionamiento como grupo. En lo que se ha realizado, lo que falta por hacer, lo que salió cómo se esperaba, en cómo nos relacionamos, etc.


   Aunque las situaciones de interacción en grupo pequeño son las potencialmente más ricas por la cantidad y calidad de los intercambios que se generan, no hace falta que se den situaciones específicas de pequeño grupo para el desarrollo de la cooperación. Pueden darse también situaciones no reguladas expresamente como cooperativas y que comporten este tipo de relaciones, en determinados momentos del trabajo o de la actividad social del aula.

OPERAR EN CLASE, ¿CON QUÉ PROPÓSITO?
   La noción de cooperación nos remite al proceso social que se pone en juego para alcanzar el mismo propósito desde el que se plantea cualquier acción educativa en el aula, con la diferencia de que este tipo de proceso incorpora un potencial muy por encima de otros con respecto a los dos grandes retos que se fija la escuela: favorecer el desarrollo individual de las personas e incrementar su grado de madurez social y sus recursos de socialización.

   Una de las más importantes creencias pedagógicas que el modelo de escuela selectiva ha fijado en la conciencia de los profesionales y también de toda la población, es que el aprendizaje constituye un proceso individual, realizado de forma relativamente aislada, basado en las experiencias y las actuaciones personales, en interacción con un/a interlocutor/a (el/la profesor/a, el adulto), a partir de las situaciones de aprendizaje que este va creando y dosificando.