El aprendizaje colaborativo
representa una teoría y un conjunto de estrategias metodológicas que surgen del
nuevo enfoque de la educación, donde el trabajo cooperativo en grupo es un
componente esencial en las actividades de enseñanza-aprendizaje.
Más que una técnica, el
aprendizaje colaborativo es considerado una filosofía de interacción y una
forma de trabajo que implica, tanto el desarrollo de conocimientos y
habilidades individuales como el desarrollo de una actitud positiva de
interdependencia y respeto a las contribuciones.
Está fundamentado en la teoría
constructivista, el conocimiento es descubierto por los alumnos, reconstruido
mediante los conceptos que puedan relacionarse y expandido a través de nuevas
experiencias de aprendizaje. Enfatiza la participación activa del estudiante en
el proceso porque el aprendizaje surge de transacciones entre los alumnos y
entre el profesor y los estudiantes. (Panitz, 1998).
Para obtener éxito del
aprendizaje colaborativo se necesita contemplar diferentes factores, entre los
cuales se encuentra la interacción entre los miembros del grupo, una meta
compartida y entendida, respeto mutuo y confianza, múltiples formas de
representación, creación y manipulación de espacios compartidos, comunicación
contínua, ambientes formales o informales, líneas claras de responsabilidad.
(Kaye, 1993)
La base del trabajo
colaborativo es la cooperación y es por ello que frecuentemente se solapan los
términos de aprendizaje colaborativo y aprendizaje cooperativo.
Cooperar significa trabajar
juntos para alcanzar objetivos compartidos. En las situaciones cooperativas,
las personas buscan resultados beneficiosos para sí mismas y para los otros
integrantes de sus grupos. El aprendizaje cooperativo es entonces utilizar en
la educación grupos pequeños donde los alumnos trabajan juntos para mejorar su
propio aprendizaje y el de los demás. Los alumnos además sienten que pueden
alcanzar sus objetivos de aprendizaje sólo si los demás integrantes de su grupo
también lo alcanzan. (Deutsch, 1962; en Johnson y Johnson, 1999).
Los esfuerzos cooperativos dan
como resultado que los participantes reconozcan que todos los integrantes del
grupo comparten un destino común. (“nos salvamos juntos o nos hundimos
juntos”), para que todos obtengan crédito del esfuerzo de cada uno (“tus
esfuerzos me benefician y mi esfuerzo te beneficia”), reconozcan que el
desempeño de cada uno es provocado mutuamente por uno mismo y sus compañeros
(“en la unión está la fuerza”) y se sientan felices y orgullosos por los logros
de cualquier integrante del grupo.
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